En Úbico hemos nacido plenamente conscientes de que el planeta nos necesita y no entendemos los viajes corporativos sin aunar esfuerzos para que sea sostenible. Nuestros objetivos de crecimiento económico están alineados con nuestros objetivos sobre los tres ejes de la sostenibilidad: el social, el económico y el ecológico. Por esa razón, la sostenibilidad forma parte de la división de corporate mobility y meetings & events desde sus inicios. Nuestra intención es que los pasajeros se sientan también parte de la solución.
Materializamos el esfuerzo a través de una serie de líneas maestras integradas en nuestro código de RSC (Responsabilidad Social Corporativa):
• Mantener una relación de confianza basada en el respeto y el beneficio mutuo con nuestros proveedores alrededor del mundo, priorizando la colaboración con proveedores locales para contribuir a generar valor a las comunidades donde operamos.
• Reducción del uso de plástico en nuestras oficinas.
• Digitalización de todos los procesos internos, con lo que evitamos utilizar papel o tóner de impresoras.
• Sustitución de la documentación de viaje tradicional por una documentación digital a través de nuestra APP de viajeros, evitando así un alto consumo de papel, transporte, fabricación y consumo de plástico de bolsas, a la vez que aportamos un formato más cómodo e interactivo de información y servicios online.
COMPENSACIÓN D LA HUELLA DE CO₂
Muchas de las actividades que se realizan en el marco de los viajes corporativos tienen también un impacto negativo en el cambio climático. Es el caso de la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera, especialmente durante el transporte aéreo.
Es por ello que, además de contar con los procesos internos más sostenibles, hemos implantado una política de compensación de CO₂ por la que todos nuestros viajes incluyen –sin coste adicional para nuestros pasajeros– la compensación de las emisiones de sus vuelos por medio de la reforestación y conservación de bosques en diferentes lugares del mundo. Para este objetivo destinaremos, a tres proyectos diferentes, los fondos económicos necesarios en proporción a las toneladas de CO₂ emitidas por los vuelos de todos nuestros pasajeros.
Proyecto de reforestación TIST (Uganda)
El primero de estos proyectos de compensación de la huella de CO₂ es un ambicioso plan de reforestación en Uganda, donde cerca de 22.000 granjeros de hasta 1.600 comunidades diferentes son ayudados a plantar 8 millones de árboles en sus propios terrenos reteniendo, así, su propiedad y los frutos que de ellos obtienen. De este modo, también se beneficia de esta acción la sociedad local, su economía y el medioambiente.
Proyecto Bosque Comunitario de Luangwa (Zambia)
El segundo proyecto es el Bosque Comunitario de Luangwa, en Zambia, un gran plan de conservación de bosques validado por la Climate Community and Biodiversity Alliance Standard (CCBA) con la más alta puntuación (Triple Gold) por su excepcional impacto en la comunidad, el clima y la biodiversidad. Para conseguir frenar la deforestación no planificada, el proyecto aborda los factores socioeconómicos subyacentes de la deforestación: la agricultura de subsistencia y la recogida de carbón y leña. El plan incentiva a las comunidades a mitigarla, creando un claro vínculo con los beneficios del proyecto mediante la introducción de pagos basados en el rendimiento.
Programa de reforestación en Kenia
El Programa Internacional de Plantación de Árboles en Pequeños Grupos (TIST, por sus siglas en inglés) tiene actualmente en Kenia 77.158 participantes, procedentes de 3.047 pueblos, que han plantado más de 10 millones de árboles y 4,6 millones de plantones. La capacitación de las mujeres es el núcleo del programa TIST en Kenia. Son ellas quienes tienen por primera vez la oportunidad de obtener sus propios ingresos, ser independientes y seguir sus aspiraciones. De hecho, representan la tercera parte del total de participantes en el TIST. Y para potenciar aún más su capacitación, los no propietarios, la mayoría de las veces mujeres y jóvenes, pueden firmar un contrato de carbono con el propietario de la tierra, lo que permite plantar árboles y recibir el 70% de los ingresos de los créditos de carbono y los productos de los árboles. Esto no solo permite la inclusión y la igualdad de oportunidades para todos, independientemente del género o estatus social, sino que además es crucial para aliviar la pobreza entre los más vulnerables.
Los participantes en TIST son dueños de la tierra y de los árboles, y pueden elegir ellos mismos qué especies de árboles plantar en función de sus necesidades. Los agricultores reciben un pago por árbol cada año, además de un 70% de los ingresos por la venta de los créditos de carbono que estos árboles producen como pago directo en efectivo. Además, cada árbol plantado crea un valor adicional de 8 dólares para los agricultores. Esto incluye frutos, nueces, forraje, medicinas tradicionales, productos de madera sostenibles y leña (de árboles muertos y raleados). El proyecto lucha contra la pobreza proporcionando a los participantes ingresos procedentes de los créditos de carbono y beneficios de desarrollo sostenible estimados en más de 3.000 euros por persona.
Esta aportación, controlada y auditada por una organización sin ánimo de lucro, supone que nuestros clientes puedan volar a sus destinos con la tranquilidad de saber que la huella de carbono queda compensada ampliamente. Porque no hay futuro si no somos sostenibles y no cejaremos jamás en nuestro empeño por cuidar el medioambiente y hacer realidad una movilidad corporativa responsable y de calidad.